Según datos de Naciones Unidas, para 2022 hay cerca de 300 millones de migrantes en el mundo y a finales de 2021 más de 59 millones de personas fueron desplazadas de sus lugares de origen.
Por ley, en nuestro país se reconoce a
los migrantes la protección de derechos laborales, acceso a
la salud, seguridad social y educación, entre otros. En cuanto al acceso a la
atención de salud esta debe asegurar iguales condiciones para chilenas, chilenos
y migrantes. En el país existe un Seguro Público de Salud llamado FONASA que
establece un sistema que funciona por niveles y la inscripción a este seguro
habilita el acceso a todos los establecimientos de salud del sistema público:
ATENCIÓN PRIMARIA: CESFAM o consultorios, CECOSF, postas rurales, SAPU, CESAM,
UAPO y SAR.
ATENCIÓN SECUNDARIA: una atención de mayor complejidad requiere derivación a un
hospital, Centro de Atención Terciaria, instituto de especialidad y COSAM.
ATENCIÓN TERCIARIA: Hospitales e institutos de especialidad.
En el caso de los niños, niñas, adolescentes y mujeres
embarazadas extranjeras se garantizan los derechos de atención en salud sin
importar su situación migratoria. Para acceder a ella deben inscribirse en
FONASA y en los consultorios de manera gratuita. Esta inscripción asegura:
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Acceso
a todas las prestaciones de salud, incluidos los controles médicos durante todo
el embarazo, parto y los 12 meses posteriores.
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Acceso
a control anual de crecimiento del niño hasta los 9 años (conocido como
“control del niño sano”) y todas las prestaciones del Programa Chile Crece
Contigo.
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Recibir
alimentación complementaria para niños y niñas menores de 6 años, gestantes y
mujeres que amamantan, prematuros extremos, menores de 2 años con diagnóstico
de alergia a la proteína de la leche de vaca y usuarios con diagnósticos de
enfermedades metabólicas durante todo el ciclo de vida.
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Acceder
al control de Salud Integral Adolescente de 10 a 18 años, lo que permite
evaluar el estado de salud y el normal crecimiento y desarrollo, fortaleciendo
los factores y conductas protectoras e identificando precozmente los factores y
conductas de riesgo.
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Acceder
a las GES, lo que garantiza ser atendidos mediante FONASA o ISAPRE en un
conjunto de enfermedades incluidas en AUGE-GES.