La primavera aumenta la circulación de polen y sus efectos complican a un gran número de personas.
A pesar de los grandes avances de
la ciencia y la medicina en términos de detección y tratamiento de diversas
patologías, las alergias continúan ganando terreno entre la población sin
distinguir edad, geografía o género. La primavera es sinónimo de tos,
estornudos, picazones en la nariz, garganta y ojos, afectando la calidad de
vida de muchas personas.
Aún cuando lo más importante es mantener
los controles de salud y las indicaciones del tratamiento específico dispuestas
por el médico, te contamos acerca de algunas alternativas naturales para
prevenir y combatir los molestos efectos de esta temporada.
Rinitis alérgica:
mantener fosas nasales limpias y despejadas es la clave para evitar las
molestias generadas por el polen y otras partículas aumentan en el aire. Agua
fresca o agua con sal, hojas y semillas de eucalipto hervidas o inhalaciones de
vapor con muy eficaces.
Picazón o inflamación de
garganta: tener siempre a mano un caramelo para chupar, reducir el
consumo de alcohol, café y cigarrillos y procurar una constante hidratación son
buenas alternativas.
Asma: evita el
consumo de alimentos derivados de los lácteos e introduce a tu dieta cotidiana
el jengibre y la cúrcuma. Recurre también a la inhalación de vapor de salvia y
ventila los espacios solamente en horas de la tarde.
Preferir alimentos anti
inflamatorios: incorporar linaza, jengibre, cúrcuma, cebolla y té verde
es clave a la hora de reducir las alteraciones provocadas por los alérgenos.
Las frutas como la manzana o la piña contienen antioxidantes y valiosa acción
antihistamínica.
Recuerda que siempre debes
consultar a tu médico antes de adoptar cambios o modificaciones a tu
comportamiento habitual de cuidados y prevención, además de no interrumpir el
tratamiento farmacológico y evitar la automedicación.