Cada 5 de noviembre se busca conmemorar su contribución a la salud y visibilizar su arduo trabajo.
Hay quienes realizan una labor fundamental en la
preservación de la salud de una gran cantidad de personas y a lo largo de los
años su aporte ha sido prácticamente invisible a ojos de la sociedad. En Chile
no se conoce la cifra exacta de personas que cuidan a otras, sin embargo, desde
el Ministerio de Desarrollo Social aseguran que alrededor de 640.000
personas se declaran en situación de dependencia moderada o severa en el
Registro Social de Hogares y, por ende, se estima una cifra similar de
cuidadores.
El apoyo de las instituciones y las políticas públicas
diseñadas para garantizar el bienestar de las y los cuidadores es aún
insuficiente, debilitando la posibilidad de contar con un robusto sistema de
soporte y protocolos que les permitan ejercer esta labor con mayor seguridad. Las familias piden visibilidad,
reconocimiento y más recursos de parte del sistema de salud y los
programas sociales, haciendo referencia a la renuncia de sus expectativas de
vida, la cual supone un desgaste físico, emocional y económico.
La pandemia por COVID-19 evidenció la injusta distribución
de las responsabilidades de cuidado en la sociedad y dentro de las familias,
perjudicando mayormente a las mujeres, quienes tuvieron que destinar más tiempo
al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado. Abordar esta situación
multidisciplinariamente y ampliar el acceso a programas de apoyo y protección
de sus derechos debe ser el principal objetivo en miras de esta conmemoración,
resguardando los aspectos biológico, psicológico, social, espiritual,
intelectual y físico de las cuidadoras y cuidadores de nuestro país.