Cuando las señales de un resfrío común permanecen en el tiempo o son más severas debemos consultar con un médico.
En contraste con el
resfriado común, los síntomas de la influenza son más severos y graves,
pudiendo además desencadenar complicaciones en individuos que ya padecen
enfermedades graves. Para los adultos mayores, lactantes, niñas y niños menores
de 5 años, la circulación viral que tiene lugar en invierno supone un estado de
alerta del cual es difícil mantenerse al margen, pues es precisamente este
grupo el cual puede presentar los efectos de mayor riesgo ante los virus.
Conozcamos entonces
un poco más acerca de este virus:
¿Qué es la
influenza?
La influenza es una
enfermedad respiratoria aguda causada por el virus de la influenza con síntomas
más intensos que los de la gripe. En algunos casos puede ocasionar complicaciones
graves como neumonía u otras, las que podrían ocasionar incluso la muerte.
¿Cómo se
contagia?
En la mayoría de
los casos se transmite de una persona enferma a una sana a través de las gotas
de saliva expulsadas al toser o estornudar, o el contacto con superficies
contaminadas por secreciones respiratorias.
¿Cuáles son los
síntomas de la influenza?
La influenza se
manifiesta de forma repentina con fiebre alta que puede superar los 38° por más
de dos o tres días, hasta incluso una semana. También es característico de este
virus el cansancio extremo, el cual afecta mayormente a personas mayores.
Otros síntomas comunes
son:
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Dolor
de cabeza en la zona frontal o generalizado.
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Dolor
al tragar.
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Tos.
-
Dolor
muscular.
-
Dolor
en las articulaciones.
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Sensibilidad
a la luz.
Estos síntomas pueden persistir por más de una semana y en
algunos casos se acompañan de náuseas, vómitos y diarrea. Es importante recordar
que la influenza puede agravar los síntomas de otras enfermedades
preexistentes, como la insuficiencia cardíaca y la diabetes, entre otras.