Cada 15 de febrero se busca sensibilizar a las comunidades para trabajar juntos en nuevas políticas públicas que mejoren los diagnósticos, la prevención y el tratamiento.
Según
el Registro Nacional de Cáncer Infantil, al año son diagnosticados entre 490 y
500 niños con esta enfermedad, muy por debajo de la cifra registrada en
adultos, la cual estima 35.000 casos nuevos al año. Aun cuando esta comparación
denota que la cantidad de casos es baja, el impacto que genera en las infancias
y sus familias debe ser visibilizado con especial atención para fortalecer la
capacidad de observar las señales de alerta y acceder a un diagnóstico temprano.
El
sistema de salud público de Chile atiende al 80% de los niños y adolescentes
con cáncer del país, siendo los más comunes la Leucemia, los Tumores de Sistema
Nervioso Central y los Linfomas, los cuales se han transformado en la segunda
causa de muerte en los grupos de edad de 5 a 9 y de 10 a 14 años.
En la actualidad, el 78% de los niños y adolescentes diagnosticados con cáncer sobrevive a la enfermedad si se diagnostica a tiempo, condición que puede ser mayor o menor dependiendo del tipo de cáncer y el riesgo de éste. Es en este punto que resulta fundamental prestar atención a diversos síntomas que varían según el órgano afectado, muchas veces poco específicos, los cuales alertan pues no responden a tratamientos o no tienen origen viral o bacteriano. Algunos de ellos son:
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Fiebre.
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Pérdida
de peso sostenida.
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Dolor
de huesos.
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Cefaleas.
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Inflamación de ganglios.
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Palidez o moretones.
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Masas anormales en cualquier parte del cuerpo.
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Alteraciones como pérdida visual, estrabismo o
asimetría ocular.
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Pérdida de la fuerza, el equilibrio e incluso
convulsiones.
El
cáncer infantil es una patología incluida en las Garantías Explícitas en Salud
(GES), otorgando una serie de beneficios garantizados por Ley para quienes la
padecen. Sin embargo, ante esta enfermedad queda mucho por hacer todavía, como incrementar
las acciones de investigación, introducir nuevos tratamientos a la red pública
e incorporar más especialistas, reforzando todas aquellas instancias que
permitan entregar mejor calidad de vida a las niñas, niños, adolescentes y
familias.