El cáncer de pulmón es uno de los más diagnosticados cada año en todo el mundo luego del cáncer de mama, pero el que ocupa el primer puesto en mortalidad.
Nuestros pulmones son órganos muy
importantes para el correcto funcionamiento del organismo, pues con 2.400 km de
vías respiratorias y 500 millones de alvéolos realizan una de las funciones más
vitales de nuestro cuerpo: la respiración. A través de ellos, tomamos el
oxígeno del aire y eliminamos el dióxido de carbono.
Sin embargo, usualmente el pulmón
no recibe atención hasta que se diagnostica una enfermedad que lo afecte, como
asma, EPOC y fibrosis pulmonar, entre otras, lo que genera que la mortalidad
asociada a diagnósticos tardíos aumente considerablemente.
El tabaquismo es el principal
factor de riesgo de estas enfermedades, además de las secuelas crónicas de
algunos eventos en la vida temprana y la contaminación del aire, lo que
permitiría una intervención temprana mediante las acciones de prevención, como
las terapias para abandonar el tabaco, el aumento del uso de energías
renovables, la disminución del riesgo de incendios, el uso de estufas más
limpias, etc.
Idealmente la salud pulmonar debe
controlarse de la misma manera que la salud del corazón, mediante pruebas de
presión arterial y otros análisis de sangre antes de que el daño a los órganos
sea evidente e irreversible, así como también es fundamental estar alerta
frente a los síntomas, como la tos persistente, la falta de aire o cansancio, dolor
o silbido al inspirar o exhalar y las flemas o secreciones respiratorias.
Recordemos que es muy
importante mantener nuestros exámenes de salud preventiva al día, de esta forma
podremos detectar factores de riesgo y tener acceso a tiempo a los tratamientos
que impidan el avance de la enfermedad. Solicita tu atención para EMPA o EMPAM
en solicitud.teletriage.cl.